Skip to Main Content

Jasmijn

10/13/2023

En 2012, a Jasmijn le diagnosticaron un tumor poco común llamado cordoma. "Cuando me lo diagnosticaron, pensé que moriría. Mi mundo se derrumbó por un momento", cuenta. Ahora recuerda su tratamiento y el periodo de recuperación: "Fue duro, muy duro".

El cordoma es un tumor maligno poco común que afecta a unos 15 holandeses al año. En todo el mundo hay alrededor de un millón de adultos con cordoma. El tumor se origina a lo largo de la columna vertebral y puede aparecer en varios lugares entre el cráneo y el cóccix.

Para Jasmijn, todo empezó con síntomas en el cuello. "Mi médico de cabecera pensó primero que era estrés", recuerda. Los síntomas fueron empeorando. "En un momento dado, perdí la sensibilidad en el lado derecho de la lengua, lo que me hacía hablar de forma incoherente. El médico de cabecera sospechó que había algo más y me remitió al Centro Médico Universitario de Leiden (LUMC)".

De repente es una enferma de cáncer

No mucho después, estaba en el escáner CT. Por desgracia, el resultado del escáner no fue bueno: le detectaron un cordoma en la cabeza. "Tenía 22 años, estaba en la flor de la vida y aún estudiaba en la universidad. En un momento todavía tienes grandes planes para el futuro y no mucho después eres de repente una enferma de cáncer con todo un proceso de tratamiento por delante. Fue todo un shock".

Recuerda bien el momento del diagnóstico. "Me dijeron: 'Tienes algo en la cabeza y no tiene buena pinta'. No tenía ni idea de lo que significaba; tampoco había oído hablar nunca de un cordoma. El médico me lo explicó, pero yo no sabía nada más. Antes de empezar el tratamiento, desconocía por completo el mundo del cáncer. Ni siquiera sabía la diferencia entre quimioterapia y radioterapia, y mucho menos nada sobre un tipo de cáncer tan poco común."

Mucha incertidumbre y poca información

No sólo para ella fue difícil procesar la noticia. "También fue difícil para mis amigos y mi familia, especialmente mis padres. A eso se sumó una sensación de incertidumbre constante. Al fin y al cabo, en 2012 apenas se encontraba información sobre el cordoma y sus opciones de tratamiento."

"La información era tan general que no podía hacer uso de ella", continúa Jasmijn. "Por lo que leí la esperanza de vida era de un año, pero también era posible la curación completa. Afortunadamente, ahora se dispone de más información sobre los cordomas. Así, la probabilidad de una buena recuperación es razonablemente alta: el 70 por ciento".

Tratamiento en el LUMC

Ese mismo año, Jasmijn se sometió a dos operaciones en el LUMC. En 2013, también le siguieron tratamientos de radiación en Heidelberg (Alemania). "Durante todo el periodo de tratamiento, estuve en una especie de modo de supervivencia, yendo paso a paso. Pensé: 'Lo tengo y por eso también voy a seguir el tratamiento por completo'. Eso me dio cierta tranquilidad. También intenté irradiar esa positividad a amigos y familiares".

La recuperación es un trabajo de equipo

Afortunadamente, los tratamientos funcionaron y Jasmijn está ahora totalmente recuperada. Terminó sus estudios y ahora trabaja en el sector sanitario con discapacitados. Según ella, el proceso de recuperación podría necesitar más atención. "Después de la radioterapia, caí en un agujero negro, proverbialmente. Estaba deseando retomar mi vida, pero tenía mucha menos energía que antes, por ejemplo. Además, el primer año después del proceso de tratamiento fue superemocionante, porque en algún lugar todavía tienes miedo de que el tumor pueda volver. Nada era igual que antes, lo que me resultaba muy difícil de aceptar".

Lo que ayudó a Jasmijn fue hablar con otros enfermos. "A través de un centro de Nieuw Vennep, acabé entrando en contacto con otras jóvenes que habían pasado por lo mismo que yo. Eso me hizo mucho bien. La gente que se encuentra con las mismas cosas entiende muy bien por lo que estás pasando. También empecé un blog en aquella época, para que otras personas en mi situación también pudieran aprender de ello. Tuve bastantes reacciones en su momento, también de otros pacientes que podían sacar fuerzas de mi historia. Me alegro de haber podido apoyar a otros de esa manera".

Compartir