La inmunoterapia, un enfoque que aprovecha el sistema inmunitario para tratar enfermedades, ha dado resultados impresionantes contra varios tipos de cáncer. Ahora, los nuevos hallazgos preclínicos de la investigación que la Fundación del Cordoma ayudó a iniciar y financiar han abierto la puerta a la ampliación de la caja de herramientas de la inmunoterapia para el cordoma. Mientras que gran parte de la investigación en inmunoterapia se centra en las células T, este estudio demuestra que las células asesinas naturales (NK) - otra rama importante del sistema inmunitario - también podrían aprovecharse para luchar contra el cordoma, y sugiere que una combinación de inmunoterapias puede mejorar la capacidad de las células NK para atacar a las células del cordoma.
El nuevo trabajo fue publicado en Cancer Research Communications por los expertos en inmunoterapia del cáncer Nyall London, MD, PhD de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y los Institutos Nacionales de Salud (NIH), James Hodge, PhD de los NIH, y sus equipos. Los científicos evaluaron varias combinaciones terapéuticas de un anticuerpo anti-PD-L1, un anticuerpo anti-EGFR y un fármaco inmunoestimulante sobre la capacidad de las células NK para galvanizarse contra seis líneas celulares de cordoma diferentes.
El anticuerpo anti-PD-L1 utilizado en este estudio era similar a un fármaco llamado avelumab, que ha mostrado eficacia preclínica contra el cordoma en trabajos anteriores del equipo del Dr. Hodge. Pertenece a una clase de fármacos llamados inhibidores del punto de control inmunitario, que han producido un control sostenido de la enfermedad contra varios tipos de cáncer. El anticuerpo anti-EGFR utilizado en este estudio fue el cetuximab; el EGFR es una de las dianas terapéuticas mejor validadas en el cordoma.
Los doctores London y Hodge y sus colegas descubrieron que cada una de las terapias fomentaba la destrucción de las células del cordoma por las células NK y, lo que es más importante, que el tratamiento combinado potenciaba sinérgicamente este efecto. También hallaron pruebas de que estos enfoques podrían dirigirse selectivamente a las células madre del cordoma, un subtipo de células tumorales que se cree que favorecen la formación y recidiva del cáncer.
En conjunto, estos hallazgos contribuyen a comprender cómo puede aprovecharse el sistema inmunitario para tratar el cordoma y podrían servir de base para un futuro ensayo clínico. También respaldan y justifican el nuevo ensayo clínico con cetuximab, que se abrirá muy pronto para pacientes con cordoma.
A través de nuestra Iniciativa de Inmunoterapia, estamos invirtiendo en investigación para garantizar que los pacientes con cordoma se beneficien de los extraordinarios avances que se están produciendo en este campo. Entre nuestras inversiones más recientes se encuentra una subvención al Dr. London y sus colegas para un proyecto destinado a caracterizar el modo en que los tumores de cordoma interactúan con el sistema inmunitario, con el objetivo de generar nuevas ideas sobre cómo tratar el cordoma.
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