Skip to Main Content

Georgia Koutla

8/19/2021

Me diagnosticaron cordoma sacro por primera vez en 2008 accidentalmente durante una RM. El tumor era una gran bola, y recuerdo que el radiólogo dijo que no podía decir qué era. ¡Qué sorpresa! Pensé: "¿Y ahora qué?". A primera hora de la mañana siguiente, busqué un buen neurocirujano. El equipo médico de Grecia me propuso salir de Europa para encontrar el mejor tratamiento con un equipo más experimentado.

En Johns Hopkins Medicine conocí al mejor médico y ser humano, el Dr. Ziya Gokaslan, y empezó el viaje. Mi operación duró 12 horas. Encontraron un tumor del tamaño de una sandía y lo extirparon con márgenes claros y una función normal de los órganos. Un milagro para todos.

Pero el tumor reapareció y me he sometido a tres operaciones más en el Johns Hopkins y a tratamiento con CyberKnife e IMRT en Grecia. Por desgracia, me hicieron una colostomía y radiocirugía estereotáctica y estoy en quimioterapia debido a las metástasis.

Pero sigo vivo.

Antes estaba llena de energía, daba clases a mis alumnos y estaba todo el día fuera. Pero ahora no puedo hacer las cosas que solía hacer; mi alma quiere, pero mi cuerpo no puede seguirme. Tengo a mi familia: padres, marido y un hijo de 19 años que me apoyan, pero al mismo tiempo sé que debo afrontar esto sola. Tengo al mejor médico del mundo, que me conoce muy bien, y siempre me da esperanzas y los mejores cuidados. Espero que se encuentre una terapia para todos los que luchamos por la vida.

Cuéntenos su historia poco común

Contar la historia de su cordoma con sus propias palabras puede ayudar a otras personas de nuestra comunidad a sentirse más conectadas y preparadas para enfrentarse a lo que les pueda deparar el futuro. Le invitamos a compartir sus experiencias y puntos de vista con otras personas, que pueden beneficiarse de saber que no están solas.

Compartir