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La cirugía suele ser el tratamiento principal del cordoma recién diagnosticado y también puede ser una opción para el cordoma recidivante, avanzado y metastásico. Independientemente de la etapa de la enfermedad en la que se encuentre o de la localización del tumor, la forma en que se realice la intervención quirúrgica es muy importante. He aquí tres cosas que debe saber antes de someterse a una intervención quirúrgica:
Probablemente oirá el término márgenes o márgenes quirúrgicos cuando su cirujano planifique su tratamiento. Los márgenes se refieren al tejido sano que rodea al tumor y que se extirpa junto con el tumor. Los cirujanos extraen este tejido sano para asegurarse de que no queden células cancerosas microscópicas. El tamaño del margen puede determinar la probabilidad de que el tumor reaparezca después de la intervención. Los niveles de márgenes quirúrgicos descritos por el Chordoma Global Consensus Group son:
Una resección (o extirpación) amplia es el mejor resultado, siempre que sea posible. Sin embargo, la localización de los cordomas cerca de estructuras importantes a veces dificulta o impide una resección (o extirpación) amplia.
La cirugía debe realizarse en un centro médico con amplia experiencia en cirugía de la base del cráneo. Las operaciones de la base del cráneo suelen ser realizadas por un equipo que incluye un neurocirujano y un otorrinolaringólogo. Los cirujanos ORL también se denominan otorrinolaringólogos. La cirugía para extirpar los cordomas de la base del cráneo puede realizarse por vía endoscópica, utilizando un pequeño endoscopio a través de la nariz o la boca, o a través del lateral de la cabeza. Dependiendo del tamaño y la localización del tumor, puede ser necesario realizar la cirugía desde varias direcciones para extirpar con seguridad diferentes partes del tumor. Pregunte a su cirujano acerca de los distintos abordajes quirúrgicos que tiene a su disposición, y coméntele los riesgos y beneficios de cada uno de ellos. En los casos sospechosos de cordoma de base del cráneo, suelen realizarse biopsias en el momento de la cirugía para reducir los riesgos. En algunos casos, un patólogo examinará una muestra de tejido tumoral al comienzo de la intervención quirúrgica para que los cirujanos puedan proceder a la cirugía sabiendo qué tipo de tumor están extirpando.
El objetivo de la cirugía de los tumores en la base del cráneo es la resección (o extirpación) completa de todo el tejido tumoral visible, siempre que sea posible. Los estudios médicos publicados han demostrado que la resección (o extirpación) completa de los cordomas de base del cráneo se asocia con tasas más bajas de recidiva y tasas más altas de supervivencia. Los cordomas de base del cráneo suelen tocar nervios y vasos sanguíneos importantes, por lo que no siempre es posible extirpar todo el tumor. Incluso en los casos en los que se puede extirpar todo el tumor visible, es probable que queden células microscópicas de cordoma tras la intervención quirúrgica. Por lo tanto, generalmente se recomienda radioterapia después de la cirugía para evitar que las células restantes vuelvan a crecer o se extiendan a otras partes del cuerpo. Si no se puede extirpar todo el tumor, el cirujano debe extirpar la mayor parte posible, especialmente alrededor del tronco encefálico y el nervio óptico, para que la radioterapia sea lo más eficaz posible. Más información en la página de nuestro sitio web dedicada a la radioterapia del cordoma.
La cirugía debe realizarse en un centro médico con amplia experiencia en la extirpación de tumores de la columna vertebral y el sacro. Estos centros cuentan con equipos de cirujanos que pueden incluir especialidades como neurocirugía, cirugía ortopédica, cirugía plástica y reconstructiva y cirugía colorrectal. El objetivo de la cirugía de los cordomas de la columna vertebral móvil y del sacro es extirpar completamente el tumor en una sola pieza con amplios márgenes de tejido normal a su alrededor. Esto se denomina resección en bloque. La extirpación del tumor en más de una pieza o la rotura del tumor durante la cirugía pueden derramar células tumorales en la zona, lo que puede hacer que el tumor vuelva a crecer o se extienda. Los estudios médicos de pacientes operados de un cordoma primario (recién diagnosticado) han demostrado que la resección completa con márgenes amplios y libres de tumor se asocia a tasas más bajas de recidiva y a tasas más altas de supervivencia.Si le han hecho una biopsia, debe extirparse el tejido tocado por la aguja de biopsia para que no crezcan las células tumorales que puedan haber quedado.
Una vez extirpado el tumor, puede ser necesaria la cirugía reconstructiva para reparar o sustituir el tejido perdido durante la intervención. A menudo se utilizan herrajes metálicos o injertos óseos para sustituir los huesos destruidos o que tuvieron que ser extirpados con el tumor. En algunos casos, la cirugía puede causar efectos secundarios graves. Los pacientes sacros pueden experimentar pérdida de control de esfínteres, alteraciones de la función sexual, neuropatía y problemas de movimiento. Los pacientes con columna vertebral móvil pueden experimentar problemas para tragar (columna cervical), problemas de movilidad y neuropatía. Por lo general, los cirujanos pueden predecir la gravedad de estos efectos secundarios en función de la localización del tumor y de los nervios afectados. En los tumores de la columna vertebral móvil y del sacro se suele recomendar la radiación junto con la cirugía, bien después de ésta o bien antes y después de la misma. Más información en la página de nuestro sitio web dedicada a la radiación para cordomas. Hable con sus médicos sobre sus opciones para decidir qué plan de tratamiento es mejor para usted.
La recuperación de cada paciente variará en función del tamaño y la localización del tumor, el alcance y la dificultad de la intervención quirúrgica y los nervios afectados. Los pacientes con tumores en la base del cráneo pueden necesitar servicios de rehabilitación como fisioterapia para problemas de habla, visión o deglución. Es muy probable que los pacientes con tumores de la columna vertebral móvil o del sacro necesiten terapia de rehabilitación después de la intervención para ayudarles con cualquier pérdida funcional o problemas de movilidad causados por el tumor o la cirugía. El dolor es habitual en la mayoría de los pacientes y puede ser bastante intenso. Las especialidades para ayudar con estos problemas incluyen:
Si se planifican tratamientos de radiación tras la intervención, éstos comenzarán una vez que se haya recuperado de la cirugía. Esto puede tardar desde unas semanas hasta unos meses, pero a menos que se produzcan complicaciones inusuales, los tratamientos de radiación suelen comenzar en un plazo de seis meses.
Escuche a los expertos en cordoma hablar de las opciones quirúrgicas.
Los recursos y la información que figuran a continuación pueden ayudarle a tomar las decisiones más informadas sobre su tratamiento.
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